“ La política es una guerra sin efusión de sangre; la guerra una política con efusión de sangre ” . Esa poderosa frase se atribuye generalmente a Mao Zedong (o Tse-Tung), el líder político chino. La frase resume la idea de que la lucha por el poder es el núcleo de la interacción humana y estatal. Ya sea en una sala de reuniones con discursos o en un campo de batalla con armas, el objetivo final es el mismo: control y dominación. La diferencia es solo el nivel de violencia empleada.